Del 14 al 16 de junio, se celebró el taller La fábrica de los sueños en el Centro de Difusión Universitario Intercultural, CEDUI, de la Universidad Intercultural de Chiapas.
Frans Limpens, tallerista de la asociación civil Edhuca y experto en la solución de conflictos, impartió el taller sobre educación en derechos humanos a 24 personas que, de una u otra manera, tenemos actividades con grupos de personas.
El primer ejercicio que realizamos fue para “romper el hielo” entre los participantes y empezar la presentación. Este ejercicio consistió en saludarse de manera poco habitual, ya que de forma cotidiana nos saludamos con un apretón de manos, un beso, un abrazo o simplemente con un “buenos días”; sin embargo, el pasado 14 de junio, los 24 participantes nos saludamos con las narices, los codos y las caderas, entre otras formas que cada uno propusimos para iniciar un acercamiento en el grupo.
Ese mismo día participamos de otros juegos de presentación que buscan fomentar la participación de los integrantes del grupo en un ambiente agradable, divertido y de convivencia.
“Pío, pío, pío, pío” dijimos los 24 participantes que buscábamos a ciegas a mamá gallina. Está dinámica se realizó para que nos integráramos con confianza. Los pollitos teníamos permitido decir pío, pío, pío; y sabíamos que habíamos encontrado a mamá gallina, porque la respuesta era el silencio. Los pollitos después de encontrar a mamá gallina guardábamos silencio, de tal forma que al final todos los pollitos quedamos alrededor de mamá gallina.
Al día siguiente, volvimos a jugar “Pío, pío, pío”, para generar acercamiento y confianza en un clima de respeto y escucha activa. Posteriormente, participamos en juegos de conocimientos para fomentar la propia aceptación y el aprecio de la forma de ser, los gustos, las actividades, las capacidades y las limitaciones.
Las actividades continuaron con juegos orientados a mejorar la confianza, a romper miedos a la oscuridad, a depender de alguien, a que no sepan cuidarme y a experimentar la confianza en el otro.
En estos juegos, más de uno logró comprender qué tan importante es ser responsable del cuidado de otra persona y reflexionamos acerca del papal que la confianza tiene en las relaciones humanas como fruto de un proceso que requiere dedicación, constancia y esfuerzo para mantenerla. Cabe mencionar, que al final de cada juego los participantes teníamos aproximadamente 15 minutos para compartir los sentimientos generados por las actividades.
El día 16 de junio, Frans explicó que los juegos de los días anteriores formaban parte de un proceso para facilitar y promover la cooperación, de manera que día a día podamos practicar más, en la vida cotidiana, los derechos humanos y valores asociados con esos derechos como la justicia, la dignidad, el respeto, la tolerancia, la solidaridad, o la libertad, entre otros.
Después, iniciamos con juegos de comunicación afectiva para reconocer qué tan importante es escuchar o no a una persona o a un grupo. Y, más tarde, reflexionamos acerca de las condiciones necesarias para que ocurra la comunicación entre personas. La comunicación, nos hizo ver Frans Limpens, requiere de disposición, de interés y de tiempo de los involucrados, así como de la retroalimentación para poder interactuar, expresar y crecer.
Unos de los juegos de confianza que jugamos fue el de la Fila de cumpleaños, que consistió en formar en una fila sobre sillas y ordenarnos por fecha y año de nacimiento, en silencio e imaginándonos que estábamos al borde de un precipicio.
Este juego fue de los más difíciles porque dos personas de las 24 estuvieron vendados los ojos y los demás debíamos cuidar que no se cayeran de las sillas y mucho menos que se lastimaran.
Finalmente, el día 17 de junio participamos de juegos de cooperación en los que experimentamos la cooperación, la creatividad para buscar soluciones como colectivo. Estos juegos exigieron mayores esfuerzos para romper la idea de competencia que teníamos, de manera que al final de cada juego todos fuimos beneficiados con los resultados.
La cooperación como parte de un estilo de vida y sentir la experiencia de ganar sin hacer perder a los demás fue el mensaje que las 24 personas aprendimos mientras jugábamos a estar en un mundo en el que todos se comunican de manera cordial, se escuchan y ademán tienen confianza en sí mismos y en los demás.
El taller fue organizado por la Fundación León XIII, una institución de asistencia privada fundada en 1994 que, desde el Centro de Desarrollo Comunitario San José, ubicado en San Cristóbal de Las Casas, desarrolla programas orientados a mejorar la calidad de vida de distintas comunidades del sureste de México.
Texto y fotografía de Joyce Jiménez Cabrera