viernes, 6 de febrero de 2009

Batalla por la salud



Armados de pastillas, pomadas, estetoscopios y recetas el equipo de Salud, integrado por Juan, Pedro y Alejandro, partió el jueves 29 de enero con destino a Las Rosas, municipio de la zona Altos de Chiapas.

El recorrido hacia al municipio no tuvo novedades, todo trascurría tranquilo, hasta que al llegar a Teopisca sonó el celular de Pedro Erick Del Carpio Soto, él es coordinador del área de Salud en el Centro de Desarrollo Comunitario (CDC) San José de la Fundación León XIII, la llamada fue de parte del secretario municipal del ayuntamiento para avisar el lugar donde los esperaban para llevarlos a donde estaban las personas que querían tener una consulta con el equipo.

Todo parecía indicar que sería una jornada larga y cansada, pues tenían contemplado atender a más de 100 personas. Minutos después, cerca de una gasolinera a las afueras del pueblo, estaba el secretario municipal del ayuntamiento, quien esperaba para llevarlos a una casa que fue acondicionada para que la utilizaran como consultorio médico.

La casa es pequeña, de madera y con dos habitaciones en la parte de arriba. Ha estado deshabitada desde hace algunos años, tiene telarañas y los maderos están decolorados por los rayos del sol.

Para llegar a la parte de arriba hay que subir por una escalera de madera que tiene como pasamanos unos lazos que simulan ser el soporte. Al llegar a una de las habitaciones el doctor César Alejandro Rojas Gómez dijo: “Yo quiero que sea esté mi consultorio”, los demás afirmaron con la cabeza y dejaron que se instalara. Al bajar Pedro y Juan se acercaron a un mueble para poder desempacar los medicamentos que llevaban.

Pedro se quedó en la planta de abajo de la casa, la mitad era su consultorio y la otra farmacia; por lo tanto Juan Gómez Vázquez, médico tradicional, se colocó a un par de metros fuera de la casa, en una habitación extra de la casa.

Las personas que esperaban al equipo de Salud del CDC acordaron que los ancianos pasarían primero y aquellos que se sintieran mal.
En la parte de arriba pasaban los jóvenes, porque podían subir las escaleras con mayor agilidad. Cada vez que salía un paciente, el otro se acercaba por el sonido de las pisadas, Alejandro apenas y se levantaba y alguien más ya estaba a su lado para ser atendido.

Juan trabaja en el CDC desde que se abrió hace 10 años, Pedro apenas tiene dos años y Alejandro, el más joven, llegó hace seis meses al CDC, él es el único que es prestador de servicio social.

Al mediodía el medicamento que llevaron desde el CDC estaba por terminarse; las más usadas fueron las tabletas para gastritis, reflujo, infecciones estomacales, cremas para dolores musculares, hipertensión arterial, diabetes, e infecciones respiratorias; el resto de los medicamentos se guardarían.

Villa de Las Rosas es un municipio con 24 969 habitantes, según los Mapas de Pobreza y Rezago Social 2005, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), con base en el II Conteo de Población y Vivienda 2005;y tienen un Centro de Seguro Social para brindar los servicios de salud para toda la población. Debido a esto, varias personas que estaban afuera de los consultorios improvisados del CDC comentaron que no era suficiente la atención de un médico y que además no había medicamentos. Sin embargo, al preguntarle al señor Roberto Amadaín Meneses González si había doctores en el municipio, este afirmó que sí había, pero que cobraban por los servicios y más de una persona no podía pagarlos.

El equipo de salud atendió a 70 personas; las personas que reciben el servicio de salud pagan una cuota de recuperación de 25 pesos, que es utilizada para comprar medicamentos y se completan con donativos en especie; es así como el área de Salud del CDC de la Fundación León XIII ha sido sustentable por muchos años.

En esta ocasión; que no pagaron la cuota de recuperación fue a dos mujeres y un hombre, porque eran ancianos y no tienen empleo, además no tenían familiares; los demás estaban en mejores circunstancias aunque dependían económicamente de un hijo o algún hermano.

El equipo de Salud acuerda que las principales razones para evitar que alguien pague los servicios, es que no tenga ingresos económicos, aunque hay personas que deciden dar al menos 10 pesos.

Juan, Pedro y Alejandro tuvieron un par de minutos para descansar, aprovecharon para ir a comer y platicar un rato. Al regreso, aún tenían las esperanzas de atender a más personas, pero no fue así, terminaron de pasar los que ya estaban anotados en una lista.

Esperaron durante media hora, pero nadie más llegó. La excusa fue que no se les avisó a los demás porque serían demasiados para ellos tres. Pedro y Juan dijeron que se podían quedar a dormir que ese no era el problema, pero que ya no había medicamentos suficientes para los que llegaran.

Por ello, acordaron con el secretario municipal, José Roberto Domínguez, que la próxima visita será en marzo y para poder ver las mejorías de los pacientes atendidos.

Empezaron a levantar los escasos medicamentos que quedaron; poco a poco el centro de salud improvisado regresaba a ser simplemente una casa deshabitada; lo único que se escuchaba era el canto de algunas palomas que posaban en uno de los árboles del jardín de aquella casa que fue por unas horas consultorio.

Fundado en 1996, el Centro de Desarrollo Comunitario San José de la Fundación León XIII de San Cristóbal de Las Casas, ofrece los servicios de Salud, medicina tradicional y alópata, a más de 29 comunidades que se encuentran en situaciones de pobreza, marginación o emergencia. La Fundación León XIII cuenta con dos Centros de Desarrollo Comunitario, uno en Aquixtla, Puebla; y el otro en Pinotepa Nacional, Oaxaca.
Texto y fotografías de
Joyce Ivett Jiménez Cabrera

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