martes, 16 de febrero de 2010

Comunidades responsables de sí mismas

“Me di cuenta que empezaba a cultivar el paternalismo cuando propuse que se buscarán donativos de baumanómetros y estetoscopios para los promotores de medicina tradicional,” explica Miguel Maza, médico pediatra, voluntario en el Centro de Desarrollo Comunitario San José de la Fundación León XIII, en Chiapas. “No había pensado—agrega—que evitaría que cada uno desarrollara iniciativas para involucrar a su comunidad y conseguir el equipo básico.”

Miguel consiguió un donativo de dos baumanómetros, los equipos con los que se mide la presión arterial, y dos estetoscopios con médicos del Hospital de Especialidades Pediátricas de Tuxtla Gutiérrez, la idea original fue que los equipos se rifaran entre los promotores de medicina tradicional, de modo que al final del año todos tuvieran el equipo básico para dar consultas.

Sin embargo, durante la reunión del pasado 22 de enero, Miguel recuerda que con las mejores intenciones deseaba apoyar a los promotores, pero después de escuchar el testimonio de José Gómez Pérez y Miguel Pérez Pérez, ambos del municipio de Chenalhó, sólo guardó silencio y ordenó sus pensamientos.

Miguel Pérez, más conocido como Miguel de Bachén, municipio de Chenalhó, ha logrado que su comunidad lo apoye en la construcción y mantenimiento de un huerto de plantas medicinales. José Gómez trabaja con su comunidad para que, en el futuro, puedan contar con un dispensario.

José Gómez y Miguel Pérez son ejemplos a seguir por los promotores, porque ambos han involucrado a sus comunidades para que los apoyen en la compra de equipos como baumanómetro, estetoscopio y termómetro. De manera que la comunidad reconoce la labor que realiza su promotor de medicina tradicional y apoya la formación de cada uno.

“Con la rifa que planeaba, los promotores tendrían la certeza de obtener un equipo básico al final del año, pero les quitaría la iniciativa de involucrar a sus comunidades y de tomar las riendas de su vida” dijo Miguel Maza.

Los equipos que fueron donados están en préstamo con Verónica Pérez Peréz de Yabteclum y Catalina Pérez Pérez de Tzajalucum, del municipio de Chenalhó, mientras consiguen equipos propios. La idea es que esas comunidades, al ver que el trabajo de los promotores en su comunidad es indispensable, se involucren, apoyen su formación y colaboren en la compra de herramientas útiles para desempeñar su labor.

La formación de promotores es una de las actividades que se realiza con el fin de que cada comunidad tenga el servicio de medicina preventiva. Si bien no todos los promotores son líderes en su comunidad, sí pueden lograr el reconocimiento como médicos tradicionales al servicio del lugar en donde viven.

La Fundación León XIII, IAP, es una institución de asistencia privada fundada en 1994 que, desde el Centro de Desarrollo Comunitario San José, ubicado en San Cristóbal de Las Casas, desarrolla programas orientados a mejorar la calidad de vida de distintas comunidades del sureste de México.

Texto y fotografía Joyce Jiménez

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