martes, 2 de febrero de 2010

Primer testimonio de 2010

Mariana Chávez Sánchez en el festejo del Día de la Candelaria


Desde pequeña, he tenido la agradable oportunidad de participar en instituciones de asistencia social como visitar a asilos, casas hogares, pequeños con alguna discapacidad física, pero creo que ninguna de las experiencias anteriores se puede comparar con el mes que he pasado como voluntaria en Fundación León XIII, Chiapas.


Colaboro con la Fundación en México D.F, desde los 12 años en los bazares artesanales que organiza en Papalote Museo del Niño, por eso creía que era conocedora. Sin embargo, desde mi primera semana aquí, comprendí que todo lo que yo me imaginaba “se quedaba corto”.


He dejado atrás las historias y he vivido en carne propia las visitas a comunidades. Ha cambiado mi perspectiva totalmente; por ejemplo, nunca te dicen que tienes que madrugar para recorrer distancias largas en carretera, que muchas veces son terracerías para llegar a las comunidades.


Y llegar a la comunidad sobreponiendo el cansancio y poner la mejor de las sonrisas para trabajar con los grupos, revisar avances, platicar con ellos e impartir los talleres o las actividades que previamente ya se habían planeado.


Tampoco, te dicen que llegarás al Centro de Desarrollo Comunitario polvoriento y cansado y que tienes que estar listo para el día siguiente y visitar a otra comunidad. Y mucho menos, nadie te cuenta de la maravillosa sensación que provoca ver como a las personas con entusiasmo por trabajar su tierra o bordar.


Verlos dispuestos a aprender con mucha humildad lo que podemos enseñarles y lo que pueden compartir con nosotros. Ver la esperanza y lucha día a día por salir adelante y crecer. Ver como valoran su trabajo y que el saber que el fruto de esto, pueden saborearlo.


Además, admitió que durante este mes recordé mi infancia porque jugué a la “gallinita ciega”, “las atrapadas” y futbol con niños sonrientes y sanos. Después de eso, sabes que absolutamente todo ese agotamiento vale la pena y lo volverías a hacerlo una y otra vez.


Desde los hermosos montes, lagos, fauna, cielo; la bella ciudad de San Cristóbal de Las Casas con ese “estilo” tan suyo, hasta toda la gente linda que trabaja acá en la Fundación, definitivamente, éste ha sido un mes de vacaciones sumamente aprovechado. Espero que me reciban de nuevo...!


Texto Mariana Chávez Sánchez y fotografía Joyce Jiménez

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